blanca aureola.
era sábado, y me senté sobre un colchón
de cascaritas secas de naranja.

emanan un particular aroma a verano
y el mar te queda lejos -es invierno; llueve-

subí las escaleras, baje corriendo.
caí en tu pozo mental de alma enferma
efímeros pensamientos.
tu boca es dócil cuando son las seis y media...
y ni te cuento a las ocho.

saltamos juntos varias vallas.

tus dedos son alambres:
a veces siento que al moldearlos,
te conozco mas de lo habitual.
y a veces siento que,
si puedo acariciar tus rodillas,
agosto va a convertirse en marzo,
y marzo, en más allá.

blanca aureola, desesperada soledad.
la madera de tu puerta se resquebrajó toda
y vos
pintaste sus agujeros.

Sos un astronauta perdido en una bañera llena de espuma
Y yo te observo.
Cascada infinita de perversión infantil.